La feminización de la pobreza no es solo que los indicadores de pobreza afecten con mayor contundencia a las mujeres. Es también la forma en la que la discriminación de género hace que la pobreza sea peor. Sin embargo, la lucha contra la pobreza también se puede feminizar como demuestran esta serie de entrevistas.
Puedes conocer la campaña, el material y las acciones en el siguiente enlace:
María Pina es doctora en Educación y coordinadora e Investigadora principal del proyecto Está en tu mano de la Asociación Columbares.
Esta entrevista forma parte de una serie a la que llamamos #MujeresContraLaPobreza. Trabajas en Columbares, una de las entidades que forman parte de EAPN Región de Murcia. Desde tu práctica diaria, ¿ves diferencia en la manera en que la pobreza actúa sobre las mujeres en relación a cómo lo hace sobre los hombres?
Absolutamente. Nuestro trabajo desde el proyecto “Está en tu mano”, de la asociación Columbares, está relacionado directamente con colectivos vulnerables que son víctimas de mensajes y delitos de odio. Considerando los diferentes factores por los que una persona puede ser discriminada, como el racismo, la xenofobia, la lgtbifobia, la islamofobia, la gitanofobia, la disfobia, entre otras muchas, ser mujer y ser pobre, son sin lugar a dudas un agravante en esta ecuación. Las mujeres, por el mero hecho de serlo, se encuentran en una situación de desventaja que está directamente relacionada con las diferencias estructurales que se manifiestan en todas las esferas de la sociedad, siendo la más importante la educación.
Estas diferencias educacionales se traducen en que, la vulnerabilidad sufrida por las mujeres es mucho mayor y las barreras que tienen que superar para salir de una situación difícil son mucho más grandes. Esto implica que el binomio pobreza-mujer esté mucho más presente.
Además de educadora social, eres doctora en Educación. A veces, nos quejamos de la distancia que hay entre la Academia y el trabajo a pie de calle. En tu caso parece que has sido capaz de unir las dos cosas. ¿Es real esa distancia entre lo académico y quienes trabajan directamente junto a la gente en situación de pobreza?
Una de las motivaciones principales para realizar los estudios de doctorado fue precisamente la de acercar estos dos mundos ya que, en general, funcionan de forma totalmente autónoma cuando en realidad el objetivo principal de las investigaciones en el ámbito social debería ser, en primera instancia, conocer para mejorar la realidad. Sin embargo, las investigaciones se realizan desde el mundo académico, sin existir una retroalimentación con el tercer sector (ONGs), lo que carece de sentido. Igualmente, desde el tercer sector, raramente se realizan investigaciones antes de llevar a cabo la intervención socioeducativa.
La distancia existente entre lo académico y quienes trabajan directamente junto a la gente en situación de pobreza es abismal. No podemos cambiar una realidad tan grave e injusta como la pobreza abordándola con una actitud paternalista o asistencialista, debemos hacer partícipes a las personas en situación de pobreza o exclusión social en su empoderamiento para que se produzca un cambio verdadero.
Desde mi posición como profesional, soy una fiel defensora de romper distancias y acercar realidades desde una postura de diálogo y respeto.
Tu trabajo en Columbares se desarrolla dentro del proyecto “Está en tu mano” destinado, principalmente a luchar contra los mensajes de odio. Queremos preguntarte sobre este tema. Habéis celebrado recientemente el I Congreso internacional sobre la infradenuncia de los delitos de odio. Una de las intervenciones tuvo que ver con la aporofobia. ¿Nos podrías explicar en qué consiste la aporofobia?
La aporofobia es un fenómeno que ha existido siempre, sin embargo, el término se acuñó hace relativamente poco por Adela Cortina, siendo en 2019 palabra del año.
Implica el odio y el rechazo al pobre, y no tenemos que olvidar que el odio conlleva una connotación no solo de rechazar a alguien sino también la intención de hacer daño. Es de especial relevancia tener en cuenta este término que muchas veces se confunde con racismo, pues en ocasiones no rechazamos a la persona por venir de un país determinado, sino porque viene sin recursos económicos. Esto se entiende muy bien cuando se rechaza a una persona que viene de un país en concreto, si lo hace sin ningún medio, en lo que se conoce como “patera”, o si, por el contrario, viene del mismo país, pero en un vuelo de primera. Las personas que odian, lo hacen justificando la discriminación bajo el paraguas de la superioridad (yo soy mejor que tú porque tengo recursos económicos). Ante esto, no podemos olvidar que la pobreza se transmite intergeneracionalmente (de padres/madres a hijos/as) y que desgraciadamente no todas las personas tenemos las mismas oportunidades de romper con la pobreza.
Otra de las intervenciones estuvo dedicada a “Sensibilización y prevención de la violencia de género en mujeres inmigrantes y sus descendientes”. ¿Podemos entender el machismo como una forma de odio hacia las mujeres?
Totalmente, no siempre de una forma demasiado explícita, a veces de forma más sutil. Sin embargo, el machismo es el resultado de una educación sexista en la que la educación que recibe la mujer la posiciona en desventaja, en desigualdad. El rechazo y el odio, como acabamos de ver, se justifica por el sentimiento de superioridad en el momento en el que una persona se considera mejor que otra, en este caso, por razón de género se cree con el derecho de discriminarla y en el peor de los casos, de odiarla, con todo lo que ello supone.
Una forma de luchar contra los discursos de odio, son las herramientas de verificación de la información para que no nos engañen con informaciones falsas. Danos algún consejo para comprobar la veracidad de tus respuestas en esta entrevista.
Jajajaja, lo mejor es no creerse nada. En realidad, actualmente tenemos los medios a nuestro alcance para contrastar cualquier información que nos resulte “sospechosa” o contraria a nuestras creencias.
Existen diferentes recursos en línea como Maldita o Newtral que son verificadoras independientes cuya labor es realmente efectiva. Sin embargo, la mayoría de veces el sentido común y el pensamiento crítico son las soluciones más sencillas, aunque la sociedad actual carezca de ellas. En el caso de las respuestas a estas preguntas, están basadas en mi opinión profesional y en la experiencia que tengo en esta temática, pero como digo, ante cualquier duda, tenemos internet y el conocimiento a golpe de clic, aunque no siempre se use con cabeza.
Para luchar contra el odio, ¿basta con informaciones contrastadas y datos objetivos? ¿Qué podemos hacer contra el componente emocional que hay en las actitudes de rechazo y discriminación?
El rechazo y la discriminación provienen principalmente de los prejuicios, y estos se conforman por el desconocimiento de los colectivos o las personas que los componen. A mí, me entristece profundamente que a día de hoy todavía tengamos que luchar por algo tan básico como el respeto a las personas y a las diferencias. Lo primero que podemos y debemos hacer, es dar a conocer diferentes narrativas de los diferentes colectivos vulnerables que sufren de forma constante el odio. Además de informaciones contrastadas y datos objetivos, tenemos que ser muy consciente de nuestras limitaciones, pero también del poder que tenemos en nuestra mano. Ante esta problemática, todos tenemos el poder de aportar nuestro granito de arena. El primer paso, supone dar voz a las personas de los colectivos que sufren el rechazo y discriminación acercando así posturas y eliminando prejuicios. Es muy importante fomentar la participación de las comunidades y trabajar por y para la interculturalidad. No tiene sentido, en una sociedad globalizada y con tantas posibilidades de conocer otras realidades, que muchas personas sigan pensando que solo existe su mundo y que solo es válida su forma de vivir en él.
Y, para acabar, una pregunta que también solemos hacer en estas entrevistas, ¿te consideras feminista?
Faltaría más. A veces hasta me sorprende la pregunta, vivimos en la sociedad del conocimiento, en una sociedad avanzada, ¿Quién no se consideraría feminista?
Hay dos tipos de personas, las que no tienen muy claro el significado y no han abierto la RAE para buscarlo, y las que por mucho que lo maquillen son machistas.
¿De verdad todavía hay alguien que no considera que hombres y mujeres tenemos que tener los mismos derechos?
¿Hay algo más que quieres añadir?
Agradecer a la EAPN la oportunidad y en concreto a Fede, y por supuesto facilitar la página web de Está en tu mano y las redes sociales para las personas que estén interesadas en contribuir a erradicar los mensajes y delitos de odio, así como ver el trabajo que hacemos:
Como educadora social, siempre me gusta sembrar la semilla del cambio y me gustaría concluir con la frase con la que cerramos las charlas de sensibilización:
“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”
Martin Luther King.