Este artículo apareció publicado en eldiario.es/murcia el viernes 04 de noviembre de 2022 (ver aquí)
Hay una viñeta de una página web australiana de 2015 que sirve a la perfección para explicar lo que está pasando con la salud mental de las personas en situación de pobreza en la Región de Murcia en el año 2022.
En la viñeta, se ve a un joven koala que tiembla de malestar mientras se abraza a un tocón de árbol. Alrededor, se ven muchos más árboles talados. De hecho, no hay ni rastro del bosque. Un señor vestido de traje señala al animal y afirma que el koala tiene un problema de salud mental. Una mujer a su lado parece tomar nota muy convencida del diagnóstico. Ni uno ni otra prestan atención al bosque talado. ¿Quién quiere ver el bosque pudiendo mirar el tocón? De la misma manera, lo veremos a continuación, hay quien prefiere quedarse con el síntoma individual en vez de atender la causa estructural.
El bosque talado es el entorno habitual de una tercera parte de la población de la Región de Murcia. El pasado 25 de octubre, Juan Carlos Llano, responsable de investigación de la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) estuvo en Murcia para presentar el informe “Estado de la pobreza” en una actividad organizada conjuntamente por EAPN Región de Murcia y el proyecto ODSesiones de la Universidad de Murcia.
Llano hizo un recorrido entre los principales datos del informe, el primero en el que se ha podido recoger completamente el impacto de la pandemia. En la Región de Murcia, después de que el AROPE (el indicador que mide el riesgo de la pobreza y la exclusión social) descendiera de forma consecutiva desde 2014, ha aumentado hasta alcanzar al 33,8% de la población. Una de cada tres personas de nuestra región está en riesgo de pobreza. En cifras absolutas, supone un total de 513.248 personas.
En la Región de Murcia, la subida de la pobreza ha sido mayor que en el conjunto del Estado. Somos, de hecho, la 4ª CCAA con mayor tasa de riesgo de pobreza y exclusión social.
La relación entre pobreza y problemas de salud mental es un hecho conocido. “La evidencia científica demuestra que uno de los principales factores de riesgo para desarrollar un problema de salud mental es la pobreza y la desigualdad económica”, afirma la Confederación de Salud Mental de España en una de sus publicaciones. El artículo en cuestión se refiere a una encuesta elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para detectar el estado del bienestar emocional de la población española durante la pandemia. La encuesta constató la evidencia anterior pues las personas que se sintieron decaídas, deprimidas o sin esperanza, fueron casi el doble (32,7 %) entre aquellas de “clases más desfavorecidas” que entre aquellas que se identificaron como de “clase más favorecida” (17,1 %).
El estudio del CIS, afirma la Confederación de Salud Mental de España, “refleja una realidad constante e histórica que coloca a las personas con menos recursos económicos en una situación de vulnerabilidad, en la que el riesgo de tener un problema de salud mental es superior al de la población más acomodada económicamente”.
Las personas que viven en situación de pobreza y exclusión social (más de medio millón en la Región de Murcia) deben enfrentar toda clase de problemas a diario. Problemas de una envergadura más que considerable. ¿Compro estas medicinas que me hacen falta o pago el alquiler? ¿Cómo consigo los 15 euros que necesito para que mi hija vaya a la excursión del cole y no se pierda otra salida? ¿Enciendo la calefacción o le echo gasolina al coche? ¿Cómo hago para poder ir al dentista? ¿Qué haré si me deshacían?
Hace 3 años, el Grupo de Participación de EAPN Región de Murcia visitó la Asamblea Regional con motivo del 17 de Octubre: Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. En dicha visita, varias personas hablaron de su situación personal delante de representantes de los Grupos Parlamentarios. Una de ellas contó cómo su médico de cabecera le había diagnosticado depresión y le había recetado varias clases de pastillas. Pero yo, lo que necesito, contó esta compañera a las diputadas y los diputados, es una casa en condiciones y un trabajo que me permita llegar a fin de mes.
No podemos seguir aceptando ese lugar común que nos dice que, bueno, si alguien es pobre será porque ha hecho algo para merecerlo. Es importante señalar que la causa de la pobreza no está en las personas que la sufren porque entonces dejaremos de cargarlas con el peso de la responsabilidad exclusiva de su situación. Hay que alzar la vista para ver el bosque talado y dejar de señalar a quien sufre las consecuencias de la deforestación.
El sufrimiento que provoca la pobreza no se puede solucionar exclusivamente con medicación o con terapia. No hay salud verdadera si sólo se tratan los síntomas y se olvida la causa. No hay antidepresivo que compense vivir excluida de los derechos que te son propios. Porque, la pobreza es una cuestión de derechos: derecho a unas condiciones de vida que no te enfermen.
La solución de la pobreza no es responsabilidad exclusiva de las personas que la sufren. Si la causa tiene que ver con una organización determinada de la economía y de la sociedad, deberemos encontrar soluciones de carácter político y poner en marcha aquellas medidas necesarias para favorecer el bien común.
Este año, EAPN Región de Murcia ha vuelto a estar en la Asamblea Regional. Leímos un manifiesto a las puertas de la Asamblea en el que hicimos varias reclamaciones de carácter político incluida la puesta en marcha de una Estrategia de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social que suponga la implicación de todas las Consejerías, que deje claro quién tiene que hacer qué, los indicadores de cumplimiento de los objetivos, el calendario y la financiación. Una estrategia que entienda que una vivienda fresca en verano y caliente en invierno, un empleo digno o ir al cole con todo el material escolar necesario forman parte de una vida sana, tanto como tener acceso a todos los medicamentos necesarios, con independencia de lo que ganes al mes.
Hay que repoblar el bosque y plantar nuestros derechos por doquier para que crezcan fuertes e incuestionables.