Foto: …como profesional de lo social, era imprescindible seguir trabajando y seguir acompañando a las personas que lo requieran (Sandra Muñoz Vivancos)
La feminización de la pobreza no es solo que los indicadores de pobreza afecten con mayor contundencia a las mujeres. Es también la forma en la que la discriminación de género hace que la pobreza sea peor.
La entrevista que sigue forma parte de la campaña #MujeresContraLaPobreza que iniciamos el 8 de Marzo del año pasado y que sigue en plena pandemia provocada por la COVID-19. Puedes conocer la campaña, el material y las acciones en el siguiente enlace:
Esta entrevista se realiza a mediados de mayo de 2020. Si bien parece que estamos doblegando la curva, seguimos en Estado de Alarma y empezamos a intuir la verdadera dimensión de la crisis provocada por la COVID-19. Este será, por tanto, el tema central de la entrevista.
Me llamo Sandra Muñoz Vivanco, nací en Toledo un 23 de noviembre de 1982. Mi infancia y adolescencia transcurren en un pequeño pueblo de la ciudad de Toledo (La Puebla de Almoradiel). En 2003, me traslado a Murcia donde comienzo a realizar la Diplomatura de Educación Social, acabándola en 2006. Posteriormente, realizo un Máster en Psicopedagía Clínica y en 2016 comienzo a estudiar el Grado de Psicología por la UNED, reto que me queda por terminar. Me he ido formando en diferentes ámbitos de la educación y lo social, siempre con ganas de mejorar como persona y aprender.
Mi experiencia laboral comienza en 2006, en el ámbito de las personas mayores, aunque a lo largo de los años he podido trabajar en diferentes ámbitos: mujeres víctimas de violencia de género y explotación sexual, tercera edad, infancia, menores con medidas judiciales, jóvenes, hombres y familias inmigrantes y población en general en situación de exclusión social…
He desarrollado mi labor profesional en diferentes entidades sociales públicas y privadas como educadora social y como docente en PCPI con jóvenes.
Actualmente, desarrollo mi labor profesional como educadora social y coordinadora del Área de Vida Autónoma de la Fundación Patronato Jesús Abandonado.
Siempre tuve muy claro a lo que quería dedicar mi vida profesional y, de momento, sigo pensando que no me equivoqué, ser educadora social me permite fomentar mi creatividad; con la que podemos jugar, innovar, probar perspectivas. La pasión en esta profesión continúa estando en mí, con ella soy capaz de seguir en lucha ante las injusticias o por el débil.
La reflexión, para mí, es algo muy importante, ser capaz de mirarnos a nosotros y ver si somos capaces de acercarnos con respeto a las personas, como si de nosotros mismos se tratase, respetando siempre en los procesos sus elecciones y puntos de vista, porque los procesos de intervención funcionan si somos capaces de respetar, de creer en las posibilidades de los demás y si somos capaces de compartir con el resto de profesionales y personas con las que trabajamos.
¿Qué fue lo primero que pensaste cuando escuchaste aquello de “Quédate en casa”?
En ese momento, pensé multitud de cosas, pero entre ellas, dos a destacar. Por un lado, que yo no iba a quedarme en casa porque hay mucha gente a la que atender que nos necesita en estos momentos tan difíciles que estamos atravesando. Por lo que entendí que, como profesional de lo social, era imprescindible seguir trabajando y seguir acompañando a las personas que lo requieran.
Otro de mis pensamientos, y para mi muy importante, fue hacia mi familia, cómo afrontar la situación en casa y sobre todo, la familia que tengo en mi ciudad natal y Madrid. Cuándo sería el momento de volver a verlos y la preocupación ante la salud de todos ellos y su bienestar.
Cuéntanos, aunque sea brevemente, qué hace la Fundación Jesús Abandonado.
La Fundación Jesús Abandonado desarrolla su labor en la Región de Murcia con personas en situación de exclusión social o en grave riesgo de estarlo, con el objetivo último de lograr una recuperación plena y que puedan desarrollar una vida independiente y vuelvan a sentirse ciudadanos de pleno derecho, útiles a la sociedad.
Para desarrollar su labor la Fundación dispone de diferentes recursos…
Los más conocidos pueden ser el comedor social (cubre las necesidades básicas y urgentes de las personas en riesgo de exclusión y se ofrece una media de 600 comidas/cenas diarias) y el centro de día (tanto para estancias cortas como largas).
Para una explicación más detallada de las acciones de la Fundación, pincha aquí.
¿Cómo os estáis organizando en la actualidad?
Desde la Fundación, se han realizado cambios para proteger tanto a las personas acogidas como a los profesionales. Se han proporcionado los EPIs necesarios tanto a trabajadores como a usuarios que lo requieran. Se han instalado diferentes puntos de desinfección, incluyendo fuentes para lavados de manos, torres con dispensación de gel hidroalcohólico. Además, dos veces a la semana, se desinfectan todas las dependencias del centro.
A nivel organizativo: en el Centro de Acogida los profesionales hacen que se guarde la distancia social, realizando mayores turnos en el comedor del centro de acogida. Se reduce el número de usuarios acogidos en el centro y las habitaciones pasan a ser individuales. En el centro de acogida se mantiene el confinamiento para los residentes sin entradas y sin salidas, pudiendo solo salir los profesionales con estrictas medidas de seguridad, desinfección a la entrada y toma de temperatura.
En el comedor social, se realiza entrega de kits de comida caliente tanto para la comida como para la cena, en varios horarios. Los profesionales del comedor social, de momento, no atienden de forma presencial.
El centro de día y centro de empleo y formación reducen su actividad a atención telefónica.
El área de Vida Autónoma y la de Pensión Social continúan desarrollando su trabajo con medidas de seguridad, no realizando atención presencial en despacho, pero sí asistiendo a los usuarios en viviendas y pensión, realizando las gestiones más urgentes y necesarias y controlando que se cumplan todas las medidas de seguridad y confinamiento en las viviendas. Para ello, se han creado diferentes hojas de control y la asistencia de los técnicos en diferentes momentos tanto al interior como exterior de la vivienda.
En ropería se ha suspendido temporalmente el servicio de recogida de ropa hasta que mejore la situación.
La cuestión de los equipos de protección individual (EPIs) está siendo complicada. La Plataforma del Tercer Sector, por ejemplo, ha reclamado medidas para que las entidades puedan contar con los medios necesarios. ¿Cómo lo estáis llevando en vuestro caso?
En nuestro caso, la Fundación ha desembolsado dinero de sus fondos propios para poder adquirir material para ello, además, hemos de agradecer los donativos que ha realizado la población tales como mascarillas, batas, pantallas protectoras, geles…
Fundación_Jesus_Abandonado_resumen_ mayo2020
¿Sabéis qué está pasando más allá de los recursos residenciales como los vuestros? Es decir, ¿sabéis cuánta gente sigue en la calle, cómo están pasando estos días, qué impacto están teniendo la COVID-19 en las personas que siguen en la calle…?
Somos conscientes de que por motivo de la pandemia, se han abierto de forma provisional, y por emergencia, otros centros de acogida para personas en situación de calle. La cantidad de gente en calle la desconocemos en estos momentos ya que nuestro programa de calle ha tenido que parar la actividad.
Por otro lado, nos coordinamos con otras entidades para atender las necesidades de estas personas y, teniendo consciencia del gran número de personas que siguen permaneciendo en calle, la Fundación realiza reparto masivo de alimentos a asentamientos localizados de personas sin hogar.
Según tu experiencia, ¿cuáles son las principales diferencias entre hombres y mujeres en el sinhogarismo?
Desde mi visión, podría decir que la mujer como ya es sabido es un colectivo más vulnerable, que además de encontrarse en situación de sin hogar, puede sufrir un mayor número de situaciones problemáticas añadidas.
La mujer en situación de sin hogar es más vulnerable a sufrir abusos sexuales o violencia de género, acoso… Muchas de las mujeres que se encuentran en esta situación han sido víctimas de acoso en su infancia, adolescencia, con sus parejas. En situación de calle buscan la protección en los hombres frente a las inseguridades que produce encontrarse en la calle. Esto conlleva a generar un contexto relacional precario volviendo a un ciclo de dependencia de la protección masculina, aumento de la presión personal, maltrato de la pareja, sumisión para calmar la violencia…Y este conjunto de sucesos aumenta aún más su vulnerabilidad.
Por otro lado, las mujeres suelen mantener mayores vínculos de apoyo social y antes de llegar a encontrarse en situación de sinhogarismo recurren a ellos pero cuando estos no son efectivos les es más difícil aceptar la situación y dirigirse a recursos necesarios solicitando ayuda, evitan los albergues o centros de acogida, ya que estos en su gran mayoría están mayoritariamente habitados por hombres.
Por último, la superación de la exclusión residencial en mujeres es más costosa o difícil que para los hombres, pues su inclusión en el mercado laboral tiene que ver con sueldos y trabajos más precarios por lo que tienen una mayor dificultad para salir de la situación en la que se encuentran.
Estas diferencias siguen dándose debido a que continúa existiendo una desigualdad de género, por lo que hay que luchar para conseguir la libertad y debe ser una libertad basada en la igualdad.
Formabas parte del Grupo de Trabajo de Inclusión de EAPN-RM y ahora del Grupo Derecho a la Vivienda. En alguna sesión del primer grupo, se planteó que los recursos residenciales no estaban adaptados convenientemente para atender la situación de las mujeres sin hogar. ¿Cuál es, a grandes rasgos, la situación actual?
En el Área de Vida Autónoma de la Fundación Jesús Abandonado, de la cual soy coordinadora, nos hemos dado cuenta de la falta y necesidad de recursos para mujeres sin hogar en la Región. Por eso, hemos abierto más pisos para este perfil de mujeres que se encuentran en situación de sin hogar, sin redes sociales de apoyo y sin recursos para continuar con una vida autónoma.
La mayoría de recursos para mujeres que encontramos son especializados en víctimas de violencia de género y hay mujeres que requieren otros recursos adaptados a otras problemáticas y necesidades que obviamos.
Por otro lado, las políticas y metodologías que se utilizan para la intervención están diseñadas desde una mirada masculina, adaptándose a estilos de vida tradicionalmente masculinos y no abordan la multiproblemática de la mujer en su totalidad.
¿Qué más se podría hacer respecto a las personas sin hogar para afrontar mejor la actual crisis provocada para la COVID-19?
Se podrían implantar políticas sociales más ágiles y que respondan con mayor rapidez a casos de emergencia como este.
Que esta situación nos sirva para darnos cuenta de la realidad y la necesidad de tener acceso a una vivienda digna como derecho fundamental, sobre todo, acceso a empleo digno que les permita su autonomía y, si volviera a darse una nueva crisis, pudieran continuar su vida de forma autónoma sin tener que hacer uso de ayudas sociales.
Háblanos de la opción housing first. ¿Qué papel debe jugar en el día después de la pandemia?
Tal y como se ha comprobado, el modelo Housing First funciona con personas de alta cronicidad [de sinhogarismo]. Podríamos decir, que, en general, este modelo se podría aplicar a un mayor núcleo de población en situación de sinhogarismo fomentando la autonomía de las personas, el derecho a la vivienda y dándoles un espacio de seguridad para posibles situaciones similares a esta y mejorando su situación tras todo el daño ocasionado por el COVID-19
Puedes finalizar la entrevista diciendo lo que quieras…
Como profesional de lo social quiero animar a la población en general a que se solidarice tal y como lo está haciendo en estos momentos, a que se una y se olvide de prejuicios y todos juntos podamos afrontar tanto los daños ocasionados por esta pandemia como para la erradicación o mejora de las personas que se encuentran en situación de sin hogar.