Foto: Judith Martínez «en acto de servicio» en el cartagenero barrio de Lo Campano.
La feminización de la pobreza no es solo que los indicadores de pobreza afecten con mayor contundencia a las mujeres. Es también la forma en la que la discriminación de género hace que la pobreza sea peor.
La entrevista que sigue forma parte de la campaña #MujeresContraLaPobreza que iniciamos el 8 de Marzo del año pasado. Pretendemos ampliar el foco y fijarnos en las mujeres que luchan a diario contra la pobreza, mujeres que feminizan la lucha contra la pobreza.
Puedes conocer la campaña, el material y las acciones en el siguiente enlace:
Me llamo Judith Martínez Sánchez, nací el 1 de agosto de 1.993 en San Pedro del Pinatar, Murcia, 26 años con mucha intensidad.
Graduada en Educación Social por la Universidad de Murcia. Actualmente, estoy cursando el Máster en Terapia Gestalt en Intervención Psicosocial en La Huertecica.
Mi primer trabajo remunerado ha sido en Lo Campano (Cartagena) un barrio con esperanza desde la desesperanza, vidas rotas que luchan por su dignidad, solidaridad vecinal, en detalles pequeños pero hermosos.
Mi día a día es estar, conectar, vincular, cercanía, es patear la calle para encontrarme con la gente, acompañar en entrevistas individuales e intervenir con grupos que de forma colectiva trabajan por sus derechos (empleo, vivienda…)
¿Qué te dice, desde tu práctica diaria, la expresión “feminización de la pobreza”?
A lo largo de los años que llevo trabajando en Fundación Tienda Asilo de San Pedro, he tenido la oportunidad de trabajar de cerca con mujeres, las cuales viven una situación de riesgo o exclusión social… estar acompañando estos procesos me ha dado la oportunidad de entender el termino de “feminización de la pobreza”, sentirlo de cerca. He tenido la posibilidad de conocerlo y trabajarlo de primera mano. Hay que comprender que la variable de clase también influye.
Cuando hablamos de exclusión y discriminación por razón de género, un factor que puede agravar esta situación es la clase social en la que se encuentran; de este modo cuantos menos recursos y herramientas tienen, aumentan las posibilidades de estar en una posición más vulnerable.
Por lo tanto, entiendo la “feminización de la pobreza” como un término que “ayuda” a visibilizar y denunciar la discriminación que sufren las mujeres, en cualquier ámbito, pero en este caso en concreto, se refiere a las personas en situación de riesgo o exclusión social.
¿Podrías ilustrarnos con un ejemplo de qué manera diferente afecta la pobreza y la exclusión social a hombres y mujeres?
Desde el proyecto que desarrollo, es decir, desde mi trabajo diario, observo que el número de participación de las mujeres es mucho mayor que el de los hombres, donde, aproximadamente, el 79 % son mujeres y el 21 % son hombres.
A título de ejemplo, en muchas de las situaciones que acompaño donde las personas viven en exclusión severa, las mujeres salen más a la calle a buscar soluciones para llevar a casa recursos y posibilidades para mejorar la situación. Son ellas quienes buscan la forma de solicitar una ayuda/prestación que les asegure tener cubiertas las necesidades básicas de la familia, son ellas quienes buscan un acompañamiento en su proceso de transformación, son ellas quienes cuidan del hogar, ya sea con pareja e hijos/as o solo hijos/as. Sacan la fuerza de cualquier sitio para sacar su casa y su familia adelante.
Al final para tomar medidas en esta problemática, es necesario visibilizar y reconocer que en esta sociedad las mujeres se encuentran en una mayor situación de riesgo que los hombres, por la propia condición de SER MUJER. Esta situación tiene que denunciarse, todos y todas somos, en cierta manera, responsables de seguir perpetuando y alimentando esta situación. Por lo tanto, también debe ser nuestra responsabilidad el querer transformar el sistema en el que vivimos, dotándonos de herramientas y recursos que nos permitan revertir esta problemática social.
Participas en el Grupo de Trabajo de Inclusión de EAPN – RM, donde lleváis un tiempo trabajando cuestiones de género. ¿Qué medidas de las que se han propuesto en el grupo te gustaría destacar?
Entre todas las medidas propuestas, considero que hay una de ellas que es crucial. La toma de decisión unánime de que hay que incluir el enfoque de género en todos los temas que se trabajan en el grupo. Desde mi punto de vista creo que hemos tardado en llegar a ese punto y era importante empezar a planteárnoslo. Al igual que el patriarcado ejerce su poder sobre todas las esferas de la sociedad, el enfoque de género también debe ser transversal y, por esa razón, debe estar presente cuando trabajamos los distintos temas en este grupo (renta básica, vivienda, empleo, formación…).
¿Cuál crees que es la razón por la que en el tercer sector de acción social la mayoría de las profesionales son mujeres?
Desde mi punto de vista, la principal razón de que haya más mujeres que escogen esta vía profesional como modo de vida, tiene mucho que ver con la educación que las mujeres recibimos desde pequeñas. Generalmente, a las mujeres y a los hombres nos educan de forma diferente desde que nacemos. Por ejemplo, en las mujeres está muy presente la relación de cuidados desde que somos pequeñas. Es decir, se nos suele educar en tareas o actividades vinculadas a los cuidados y a las relaciones de ayuda. Esta situación propicia que nuestra personalidad, aficiones y gustos personales sean condicionados desde la infancia.
Teniendo en cuenta que las profesiones vinculadas al Tercer Sector de Acción social tienen como eje central de acción las relaciones de cuidados y ayuda, no es de extrañar que las mujeres, a la hora de elegir una profesión, nos sintamos atraídas por este tipo de ocupaciones profesionales.
¿Crees que se debería, de la misma forma que ahora hay muchas campañas animando a las chicas a elegir profesiones “masculinizadas”, animar a los chicos a elegir carreras vinculadas al tercer sector?
Desde mi punto de vista, estas campañas pueden tener un efecto positivo porque visibilizan ante la opinión pública esta problemática y al mismo tiempo ofrecen una imagen más inclusiva. En cierto modo, estas campañas lo que tratan es de educar en la igualdad, o al menos tienen esa intención. En definitiva, considero que, a priori, la actividad que desarrollan estas campañas puede ser beneficiosa.
No obstante, también creo que estas campañas se acaban quedando en lo superficial y no ahondan en el verdadero problema que existe. Al fin y al cabo, pienso que el problema es más estructural y hay que mirar a la causa. Bien es cierto que estas campañas, aunque puedan parecer que son más inclusivas, en cierta manera siguen perpetuando las mismas diferencias por razón de género. Masculinizando o feminizando algunas profesiones, lo único que se consigue es seguir estableciendo una diferenciación entre hombres y mujeres, puesto que se les sigue asignando una profesión en función del género. Además, con esta actividad también se deja fuera a otras identidades que no se sienten identificadas bajo el binomio hombre/mujer.
Por esa razón, desde mi punto de vista, no creo que la solución sea hacer campañas para potenciar que las mujeres se metan en profesiones masculinizadas ni viceversa. En cambio, sí creo que hay que poner el foco en la educación que se le da a los/as pequeños/as, tanto en la escuela como en el ámbito familiar, así como en cualquier esfera de lo público y/o lo privado. De este modo, se debe educar de forma libre, respetando y animando a las personas a elegir y a tomar sus propias decisiones, independientemente del género asignado o el sexo con el que se ha nacido. Si no cambiamos nuestra visión sobre este asunto, seguiremos perpetuando inconscientemente las dinámicas que sustentan campañas de este tipo.
La Fundación Tienda Asilo acaba de cumplir 125 años, aprovechamos para felicitaros. ¿Ha cambiado la práctica y el discurso de una entidad con tantos años de historia la perspectiva de género?
La Fundación tiene un espíritu inclusivo donde toda persona tiene cabida, independientemente de su género tanto a la hora de atender a los/as participantes, como a la hora de contratar a sus trabajadores/as. Siguiendo esta línea, no se ha cambiado nada, pero se adapta a las dinámicas y necesidades de la sociedad, pues se encuentra en un proceso de cambio constante. Un tema muy actual es el de género y, por supuesto, la Fundación lo tiene muy presente y el resultado ha sido la creación y desarrollo de su Primer Plan de Igualdad entre mujeres y hombres, aunque aún está en proceso de creación. La finalidad de dicho plan es fortalecer el compromiso de Fundación Tienda Asilo de San Pedro con la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en las distintas áreas de intervención (acceso al empleo, condiciones de trabajo, ordenación de tiempo de trabajo, formación continua y promoción, prevención del acoso sexual y por razón de sexo, uso no discriminatorio del lenguaje, la comunicación y la publicidad, entre otras).
La entrevista en pdf: