EAPN muestra su escepticismo respecto al impacto real del Pilar Europeo de Derechos Sociales
27/04/2017 La Comisión Europea presentó en el día de ayer, el Pilar Europeo de Derechos Sociales. Esta Comunicación viene acompañada de una serie de iniciativas legislativas y no legislativas relacionadas con el equilibrio entre el empleo y la vida, la información a las personas empleadas, el acceso a la protección social y las disposiciones relativas a la jornada laboral, así como sobre la aplicación de la Recomendación sobre la inclusión activa y la inversión en la infancia.
EAPN celebra la aprobación del Pilar Social, como muestra de la voluntad de cumplir con la promesa del Presidente Juncker de desarrollar una Unión Monetaria que contemple el crecimiento económico y la inclusión social. El momento es muy oportuno, ya que la Unión se enfrenta a amenazas reales de desintegración.
Sin embargo, EAPN muestra su preocupación por el impacto concreto que tendrá este Pilar en la vida de las personas, especialmente las que viven en situación de pobreza o exclusión: ¿Ayudará a garantizar sus derechos sociales? ¿Ayudará a reequilibrar las prioridades de la UE, a fin de garantizar que las políticas económicas sirvan a la gente, y no sólo a las empresas? Estas son las preguntas clave que deben plantearse si queremos que la gente renueve su fe en la Europa Social.
Dentro de los elementos positivos, EAPN destaca el enfoque basado en derechos, así como avances importantes en ciertos principios clave como, por ejemplo, el reconocimiento de que la infancia tiene derecho a protección frente a la pobreza, la nueva disposición de un «derecho a la protección social que se aplique a todo tipo de trabajadores y trabajadoras»; el reconocimiento del derecho a prestaciones por desempleo adecuadas y de una duración razonable. Y un tema muy importante para EAPN: la afirmación explícita del derecho a un ingreso mínimo que garantice una vida digna. Las propuestas legislativas sobre la conciliación de la vida laboral y personal, así como el acceso a la protección social, también son un paso adelante.
El Pilar dedica especial atención al cuidado de hijos/as y familiares. Actualmente, no existen unos estándares mínimos para la baja paternal y la propuesta incorpora al menos 10 días laborales desde el nacimiento del hijo/a para los padres trabajadores. En el caso de ambos progenitores, lo que existe es una baja de al menos 4 meses por progenitor, de los cuales al menos 1 no es transferible entre ambos. La propuesta contempla una baja de al menos 4 meses para cada progenitor, que no se puede transferir entre ambos, y la posibilidad de adoptarla de forma flexible, incluyendo la posibilidad trabajar a tiempo parcial o de forma intermitente. Con respecto a la extensión, la baja se podría extender hasta que los hijos/as tuvieran 12 años, y no hasta los 8, como actualmente. La compensación de la baja, que ahora no está regulada, se prevé que se haga como la baja por enfermedad.
Con respecto a las bajas de las personas cuidadoras, se pasa de la falta de regulación sobre las características y la compensación económica, al derecho de las personas trabajadoras a 5 días de baja anual, para cuidar a personas dependientes o muy enfermas, con una paga equivalente a la baja por enfermedad. Con la normativa actual, las solicitudes de flexibilidad en la reincorporación después de una baja parental se limitan a una jornada a tiempo parcial. La propuesta, aplicable a progenitores de niños/as hasta 12 años y parientes dependientes, contempla tres tipos de arreglos: reducción de jornada, flexibilidad horaria y flexibilidad en el lugar de trabajo.
En el apartado negativo, el Pilar resulta más un marco de principios, que de obligaciones vinculantes que puedan garantizar derechos, en particular para las personas más vulnerables. Además, sólo se centra en la zona Euro, aunque está abierto al resto de Estados miembro. La falta de atención a la pobreza y la exclusión social (más allá de la infancia), o de vinculación a los objetivos sociales de la Estrategia Europa 2020 plantea preocupaciones. EAPN espera más referencias concretas, sobre todo en áreas claves de la protección e inclusión social, y que se explorara en detalle la implementación del paquete en el terreno, con la participación de los Estados miembro y los actores interesados. Por último, tampoco está claro cómo el paquete beneficiará a las personas desempleadas o que desempeñan empleos de baja calidad.