El objetivo principal de la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social en la Región de Murcia (EAPN-RM) es conseguir que las administraciones públicas (especialmente la autonómica) pongan en marcha políticas públicas que sirvan para reducir la pobreza y, por tanto, mejorar las condiciones de vida de la población murciana.
Esa labor de incidencia política la llevamos a cabo desarrollando acciones de distinto tipo. Los documentos de análisis y propuestas o las reuniones con las personas con responsabilidad política son una parte. El diagnóstico y las labores de sensibilización y comunicación son otra igual de importante. Se trata de conocer de manera rigurosa la realidad de la pobreza en la región para después compartir ese conocimiento. Lo que sabemos, lo que los numerosos estudios e investigaciones indican, pone bien a las claras que la pobreza es un problema grave y urgente que requiere de medidas políticas decididas y efectivas. Medidas políticas decididas y efectivas que, claro, deben basarse en el conocimiento riguroso de la realidad.
Un momento en el que podemos compartir lo que sabemos sobre la pobreza en la Región de Murcia es cuando nos llaman desde centros educativos de Secundaria para que vayamos a dar alguna charla o hacer algún tipo de dinámica sobre el tema.
Acudimos a los institutos con el ánimo de simplemente, y no es poco, compartir con las chicas y chicos algunos datos y evidencias con los que contamos. Nos basta con ofrecerles algunos elementos para la conversación con los que, muchas veces, no contaban previamente. Un resumen de lo que pasa en esas conversaciones puede ser muy interesante a la hora de conocer el perfil, los rostros, de la pobreza en nuestra región.
Resulta interesante poder confrontar la idea preconcebida de que la pobreza es sólo la pobreza severa. Cuando le preguntamos a la clase qué imagen se les viene a la cabeza al hablar de pobreza, nos suelen devolver la imagen de una persona que vive en la calle, desaliñada, que pide dinero… Esa es una realidad terrible por la que atraviesan muchas personas de la región. Pero la pobreza es una situación más amplia que no se limita a esos casos si se reduce solo a lo económico y que tiene mucho que ver con la precariedad y fragilidad de las vidas que tenemos que vivir.
Hay un dato que ayuda a empezar a desmontar la idea original que se tiene de la pobreza. En la región, dos de cada diez personas con trabajo siguen siendo pobres. Este lugar común tantas veces repetido de que la mejor forma de salir de la pobreza es un empleo no siempre es verdad. Para que un empleo sirva para salir de la pobreza debe ser un empleo digno.
La pobreza es un problema grave y urgente que afecta a una parte más que considerable de la población murciana. Según los datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el Instituto Nacional de Estadística (en junio de 2022), un 33,8% de personas en la Región de Murcia está en riesgo de pobreza y exclusión social en la Región de Murcia. Una de cada tres personas en la región está en esta situación. Es más que probable que conozcamos a una vecina, un familiar, una amiga o que incluso sea nuestro caso.
Contamos con más datos que sirven para profundizar en lo anterior. Es cierto que la pobreza no es solo una cuestión de dinero pero los ingresos mensuales sirven para concretar la situación de la que hablamos. Una persona sola que tenga que vivir con menos de 800 euros al mes estará en riesgo de pobreza. Lo mismo una familia de cuatro personas (dos adultxs y dos menores) que tenga que vivir con menos de 1600 euros al mes. Así es más fácil hacer las cuentas.
En relación con la idea original de pobreza está el hecho de que cada vez que preguntamos a los chicos y chicas si piensan que hay más pobreza entre hombres y mujeres, respondan siempre que entre hombres. La respuesta, tal y como se pone de manifiesto cuando la comentamos, tiene que ver con la idea primera que tenían de la pobreza. Esa persona “que vive en la calle, desaliñada, que pide dinero” suele ser un hombre. Sin embargo, hay mujeres en situación de sinhogarismo. Y el género tiene mucho que ver con la pobreza. Según el INE, 2 de cada 10 personas en situación de sinhogarismo en España son mujeres. Una de las causas principales que les lleva a esta situación es la violencia machista. Un 26,2% de ellas la señalan como la causa de haberse visto obligadas a abandonar su hogar. Horror sobre horror. Además, 1 de cada 4 mujeres en situación de sinhogarismo ha sido víctima de una agresión sexual (datos del Observatorio Hatento, de la Fundación Hogar Sí). Horror sobre horror sobre horror.
El género influye en las consecuencias de la pobreza al tiempo que interviene en las causas. Si miramos la pobreza según el tipo de hogar, aquellos que más la sufren son los hogares monoparentales. En la mayoría de los casos (un 83% de nuevo según el INE) es una mujer la que está sola al frente de estas familias (por lo que, en rigor, deberían ser llamadas monomarentales). En estos hogares, la pobreza es significativamente mayor que la media regional ya que se dispara hasta el 46,6%.
Si cruzamos género y edad, nos encontramos con que el riesgo de pobreza y exclusión social entre mujeres mayores de 65 años es del 39,2% (muy superior a la media regional). Un porcentaje importante de mujeres mayores de 65 años percibe prestaciones que no son suficientes para salir de la situación de riesgo de pobreza y exclusión. Las pensiones de viudedad, al ser aproximadamente la mitad de las de jubilación, en muchas ocasiones no llegan a una cuantía que rebase los umbrales de la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social. Hablamos de mujeres que, con toda seguridad, se habrán pasado su vida entera trabajando en el hogar pero las tareas domésticas no se pagan, no cotizan y no se reconocen en las pensiones.
Hay otro dato que compartimos con las clases de Secundaria con las que dialogamos y es el siguiente: mientras que el riesgo de pobreza entre personas sin titulación alguna es del 61,2%, entre aquellas que tienen un título superior es de tan solo el 10,9%. Hay una relación inversamente proporcional entre formación y pobreza. A más formación, menos pobreza.
La última idea que solemos exponer es que la pobreza no podemos enfrentarla como una cuestión de compasión, pena o beneficencia. La pobreza tiene que ver con los derechos que nos corresponden. Vivir en pobreza implica que no podemos disfrutar de aquello que es nuestro: derecho a la vivienda, derecho a la educación, derecho a la salud.
Y esto, entender la pobreza como una cuestión de derechos, nos lleva al inicio del artículo y a una de los lemas más repetidos de la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social: luchar contra la pobreza es una decisión política.
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Podéis encontrar una recopilación de los principales datos e indicadores sobre pobreza en la Región de Murcia en la web eapnmurcia.org